La marca Tudor fue registrada en 1926 por Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex. La intención con Tudor era inicialmente producir relojes con la estética de Rolex, donde los relojes Tudor estaban equipados con movimientos estándar de calidad premium, en lugar de los movimientos propios de Rolex. Tudor rápidamente desarrolló una fuerte identidad de marca propia, donde muchos coleccionistas alrededor del mundo valoran a Tudor tan alto como a Rolex en muchos aspectos.

Al igual que Rolex, los relojes de Tudor han sido utilizados por buzos, fuerzas especiales militares y exploradores a lo largo de la historia de la marca. El rasgo más icónico de los relojes de buceo de Tudor es su manecilla en forma de diamante, conocida en el mundo de los relojes como "snowflake" (copo de nieve). Hoy en día, tanto los relojes nuevos como los significativamente antiguos de Tudor alcanzan precios notables en el mercado de segunda mano y siempre son una buena inversión.